Todo estupendo, y la pena que fue solo una noche, pero tanto Artur como Lurdes estuvieron encantadores y nos atendieron en todo momento, enseñándonos las instalaciones y contándonos historias del lugar y de las personas que vivieron allí. El lugar muy bonito, y el alojamiento también. Las camas muy cómodas, el desayuno muy bueno, así que todo PERFECTO.